En un rincón de la plaza del Rey, se encuentra El Llagut, una pequeña taberna marinera con una decoración intimista a base de madera y detalles marineros, que te acoge con toda la naturalidad del mundo. Tiene capacidad para 35 personas, pero en verano doblan la capacidad con una agradable terraza situada en la plaza, donde nace nuestra historia como pueblo “civilizado”. De día se encuentra el menú (€ 13) y la carta (aproximadamente 35 €), y de noche también un excepcional menú degustación y de tapas. Reservad, por Escipión!

El restaurante El Llagut se encuentra en medio del orígen de Cataluña: en la Plaza del Rey de Tarragona, sobre los restos de la antigua Tarraco. En esta taberna marinera de aspecto exterior anodino, se comen los arroces más sorprendentes y sabrosos de la ciudad. Los propietarios, Ramon y Astrid, buscaban, sobre todo, dar un trato muy humano, crear un lugar donde los y las comensales encontrasen momentos para compartir delante de platos tradicionales y de productos populares excelentes…; es fácil de comprender si has estado durante años al frente de un establecimiento con varias estrellas Michelin. En la cocina, Ramon multiplica los gustos de platos muy populares con la sabiduría de la alta cocina: excelentes arroces, en particular, la masqueta con pimientos de romesco, rape y almejas con un toque mínimo picantón (€15,90), presentado en cazuela para servirse uno mismo, o el de galeras y trufa. Los entrantes son también para compartir en el medio de la mesa: los caracoles de punta -premiada como mejor tapa en Tarragona- (€11,40) o los maravillosos pulpitos de Tarragona con vino rancio y romesco al ajo confitado (8 ,90 €). En la sala, Astrid atesora grandes conocimientos gastronómicos y te guía con un trato afable y cercano, que no ha perdido formas “de alta gama”, por la cuidadosa carta de vinos de la región: “Con siete denominaciones de orígen de proximidad, por qué hay que ir más lejos? “. In vino veritas. Y no olvide los dulces: todos hechos en casa. Para refrescar el paladar de la orgía arrocera, Ramon crea sorbetes irresistibles: de menta y ron de caña del Caribe, de cereza, de membrillos de la vecina, de limones de su patio…